jueves, febrero 08, 2007

Otras recomendaciones.

Leyendo la página web que tiene el Ministerio de Asuntos Exteriores Españoles, referente a recomendaciones sobre viajes al extranjero, me encuentro con un texto que hay que leer dos veces para intentar asimilar el odio, la prepotencia y la superioridad que gastan algunas normas del estado de Israel.


"En caso de ciudadano extranjero de origen palestino (entendiendo por tal alguien que figure o haya figurado en el "Palestinian Population Register" o que tenga o haya tenido un número de identidad palestino), las autoridades israelíes exigen que se presente el documento de viaje palestino, pudiendo denegar la entrada si se viaja con pasaporte extranjero en que figure un nombre árabe y el lugar de nacimiento en Israel o Territorios Palestinos. En estos casos, además, la única entrada permitida para los Territorios Palestinos suele ser a través de los pasos fronterizos de Allenby Brigde con Jordania y de Rafah con Egipto (el paso de Rafah está cerrado la mayor parte del tiempo últimamente).

No obstante lo anterior, desde abril-mayo de 2006 se observa que las autoridades de inmigración israelíes impiden la entrada a Israel y a los Territorios Palestinos a todos los ciudadanos extranjeros de origen palestino o a los casados con palestinos. Esta medida afecta también a los españoles en que concurran dichas circunstancias. Se aconseja en estos casos consultar con anterioridad al viaje a la Embajada israelí en España."


El estigma de ser palestino, tener apellido árabe, el estigma de ser extranjero en tu propia tierra. Muchos dicen que los israelitas se están preocupando de que odien su propia tierra, que odien regresar a sus casas y de visitar a sus familiares. Las medidas son tajantes, duras y restrictivas. Y es más, se preocupan también de que si hay algún español o española casado con un palestin@ denieguen la entrada a Israel y a Territorios Palestinos.
Con estas políticas tan discriminatorias miles de familias se están viendo afectadas.


Pero aún hay más. Existe una Ley sobre Ciudadanía y Entrada en Israel que prohíbe a los israelíes casados con palestinos de los Territorios Ocupados vivir con sus cónyuges en Israel.
Amnistía Internacional, denuncia que : "La Ley sobre Ciudadanía y Entrada en Israel institucionaliza la discriminación racial en contra de lo establecido por las normas internacionales de derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Sin el derecho a la unificación familiar, miles de ciudadanos palestinos de Israel y residentes de Jerusalén tienen que vivir ilegalmente con sus cónyuges, temiendo a diario la expulsión, o el tener que sacar a toda su familia del país".

Un desprecio visceral, que se introduce en normas, comunicaciones internacionales, en el interior propio del leguaje formal y burocrático. La desidia Internacional otra vez. Ante nuestras narices, impunemente.

Recuerdo ahora unas palabras del reciente fallecido periodista, escritor y ensayista, Kapuściński:
"Es muy importante qué lenguaje usamos. Si es el de la comprensión y la amistad, o si es el que fomenta el odio y la agresión frente al otro. La guerra empieza antes de las bombas. Empieza con el lenguaje del odio."

Este lenguaje va más allá de lo comprensible.
Es el odio el que se asienta en lo más interno de estas normas. Un odio que no deja ser libre al que lo genera, y mientras este odio no desaparezca, seguirá padeciendo la población palestina, que está cada vez más aislada internacionalmente.
Me parece increíble que el pueblo judío, un pueblo que ha sufrido en sus carnes el rechazo a través de los años, no hayan aprendido de la historia, no hayan canalizado la coherencia, el intercambio entre diferentes culturas, la discriminación racial más absoluta, el respeto hacia el semejante.

Post Alicia


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este tema es de vergüenza, pero por desgracia no solo lo sufre el pueblo Palestino. Un ciudadano Estadounidense puede entrar por Barajas con su Pasaporte; un ciudadano Argentino debe acompañar 3.000 Euros o en su defecto que alguien responda por él (sobre todo ella). Las leyes de extranjería dejan mucho que desear hacía ciertos países. Lo que nos cuentas aquí no lo sabía, es inaudito. Inadmisible. Injusto... pero ES. El mundo es muy injusto, perdón, las personas son muy injustas, nuestro precioso planeta no tiene culpa, es otra víctima de la humanidad...

1 saludo grande...

Anónimo dijo...

Id con cuidado.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Eso, cualquier precaución es poca.
Y sed fuertes. Sois todo un ejemplo.
Besos