viernes, mayo 30, 2008

No comment.

Niña saharaui en las dunas de Dajla. Foto Alicia M.

Una mujer de Shangil Tobaya posa ante la cámara de Óscar. Foto: Óscar Sánchez-Rey. La mirada de un español en Darfur.


El terremoto sorprendió a unos recién casados en la provincia de Sichuan, China. Ver toda la galería.


Vida tras el terremoto. Gui Zhenyun, de diez años de edad, en un campamento para damnificados en Beichuan, China. Su padre murió en el seísmo y su madre sobrevivió, pero está bajo tratamiento psicológico. Son miles las personas que han quedado huérfanas o sin hijos (la mayoría, hijos únicos); el país trata de mitigar las penurias materiales y enfrentar los enormes daños psicológicos en la población.Bobby Yip / Reuters

Miliciana. Fotografía del archivo histórico de Efe, tomada el 21 de julio de 1936 en la azotea del hotel Colón de Barcelona, de la miliciana Marina Ginestá, afiliada a las juventudes comunistas. Ginestá tenía 17 años cuando el fotógrafo Juan Guzmán la retrató. Un documentalista de la agencia, Julio García Bilbao, la ha localizado en París; ahora tiene 89 años de edad.


Un niño duerme junto a un camino a las afueras de Rangún, que se recupera de la destrucción causada por el ciclón Nargis. Reuters.

Elisabeth, una niña de Costa de Marfil ha asegurado a la BBC haber sido violada por diez soldados de la ONU-. Reuters.

martes, mayo 27, 2008

Ser culto es el único modo de ser libre.

Letras juntas, desniveladas. Una ventana que entra luz a raudales. Una frase pintada en la pared de un azul intenso: “Ser culto es el único modo de ser libre.”
Nos la encontramos en la biblioteca de una de las escuelas de Dajla, en concreto en el centro educativo “España”. Esa luz nos deslumbraba pero el significado de la frase aún más dentro de la realidad de los niños y niñas refugiados.
Después de conocer todo el sistema educativo del pueblo saharaui, puedo afirmar que todo el esfuerzo educativo desempeñado en los campamentos es admirable. Aquí nada se deja a la improvisación. Todo está organizado con un engranaje perfecto.

Los alumnos no sólo pasan seis días a la semana en la escuela, mañana y tarde, sino que también acuden a las actividades extraescolares durante el día libre, lo cual fomenta los valores de cooperación.
Durante las vacaciones de verano los alumnos mayores dan clases de alfabetización a los trabajadores adultos, los soldados y los nómadas, mientras que los más pequeños viajan a las colonias de vacaciones a Europa o participan en jornadas de juego y deporte escolar. *Fotos, alumnos de la escuela España.
Existe una inspección escolar que controla que los niños no dejen de asistir al colegio y que las madres los lleven a la escuela desde temprana edad a los centros de enseñanza preescolar. Los adultos en general son responsables de que todos los niños participen en las actividades escolares y extraescolares.
Pero las dificultades con que se encuentran son grandes y a veces resultan desalentadoras. Esos problemas tienen su origen fuera del propio sistema educativo y les afectan muy directamente.
No hay que olvidar que hay escasos profesores y estamos en un ambiente bélico y de un exilio interminable. Por lo tanto, es fundamental aquí valorar el papel de la ayuda internacional. Y esa ayuda a veces no llega.

Los libros de texto son escasos para todo el alumnado. Hay asignaturas en las que se dispone de un libro por alumno, pero hay otras en las que un libro es compartido por dos alumnos y a veces más.
El material didáctico, mapas, instrumentos de cálculo, representaciones de objetos y elementos de la naturaleza y la sociedad, aparatos de deporte…son casi desconocidos aquí, sobretodo cuando estos materiales son actuales.

Los edificios, construidos en una sola planta, con ladrillos de adobe, carecen de medios de ventilación, iluminación y refrigeración. La pintura se cae y el suelo está desnivelado. Los pupitres están gastados y son muy antiguos.

Muchos profesores, formados en el extranjero, regresan al desierto con amplios conocimientos pero difíciles de poner en práctica lo aprendido ya que no tienen aplicación en este sistema.

La educación, la base fundamental en cualquier sociedad, aquí es representada como un pilar de incalculable valor. Lo transmiten los mayores a los niños, y éstos niños a sus hermanos pequeños.

Con todo esto, es maravilloso la enorme capacidad que tienen los niños y niñas saharauis con su voluntad, anhelo de aprendizaje. Sus ojos leen esa frase pintada en la pared del colegio de Dajla.
La libertad, esa que está plasmada en esa pared de adobe, también se consigue mediante la educación y el coraje de seguir aprendiendo, siendo aquí todo un reto diario debido a las grandes carencias con las que se enfrentan los menores.
Ya no sólo materiales, sino de propia supervivencia como la alimentación. Y como pudimos comprobar, día a día, los niños salen corriendo como locos a la escuela. Muchos antes de que comience la hora de sus clases.


Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.
Pitágoras de Samos (582 AC-497 AC) Filósofo y matemático griego.

jueves, mayo 22, 2008

El pasado siempre está presente.

Escaparon a toda prisa, con prácticamente lo puesto después de que el Ejército marroquí ocupara sus tierras.
Comenzaba la histórica Marcha verde; la estrategia de Marruecos con la intención de invadir, y posteriormente anexionar el Sahara Occidental iniciada el 6 de noviembre de 1975.

Marruecos movilizó a unos 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados a través del desierto para invadir la por entonces provincia española, de modo que apoyasen y legitimasen la anexión, organizada por el rey Hassán II, durante la crisis política de España en los últimos días del régimen franquista.*Foto abuela de Gavilia.

Un largo éxodo saharaui, que comenzó atravesando a pie la frontera entre el Sahara Occidental y Argelia. Centenares de mujeres, hombres, niños, prácticamente sin agua, ni alimentos.
Fetuche, una de nuestras queridas abuelas saharauis, bisabuela de Gavilia, nos habla en castellano de la larga diáspora.,no si antes decirnos con una sonrisa que todos somos hermanos, que todos somos de la misma nacionalidad. Es curioso, que el tiempo no haya dejado huella en ese concepto de hermandad, después del triste y vergonzoso “trueque” entre España y Marruecos.

Recordemos que hasta que no se produjeron los Acuerdos de Madrid la Marcha Verde permaneció estacionada a unos cientos de metros de los campos de minas, controlada por la policía marroquí que se empleaba contundentemente cuando movimientos espontáneos de civiles se dirigían hacia las tropas españolas.
Una semana después, con los acuerdos tripartitos de Madrid, España cedía la administración del tercio sur del territorio saharaui a Mauritania y el de los dos tercios septentrionales a Marruecos, a cambio de compensaciones políticas y económicas.
Y comenzó el resultado de este desventurado fracaso comercial para miles de personas, ya que tras los bombardeos de Marruecos con fósforo blanco a los saharauis en 1976 muchos no pudieron escapar y murieron o quedaron en la zona ocupada, además de aquellos que no huyeron.
Y el testimonio sigue vivo, sigue en la memoria colectiva. Hoy escuchamos y ese sufrimiento se instala de repente en la jaima, mientras hierve el té silenciosamente. Nos sigue contando cómo se tuvieron que ocultar durante largos meses en cuevas bajo tierra para escapar de ese fósforo blanco y del napalm.

Recibiendo noticias como la muerte de un hijo en la guerra y la sensación de provisionalidad que perdura hasta nuestros días.
Hasta que Argelia no fue protectorado del pueblo saharaui no salieron de sus escondites. Llegaron a Dajla y comenzó todo un reto para las mujeres. Una dualidad terrible como es olvidar el pasado, el sufrimiento y organizar una sociedad en pleno desierto de la nada. Apenas disponían de semillas, ni útiles de construcción. En los primeros meses se consumía sobre todo la poca carne que tenía, en especial la de camello.
*Foto derecha, madre de Gavilia.

Las mujeres asumieron toda la responsabilidad de no sólo alimentar a todo el pueblo sino ejercer de educadoras, sanadoras, ingenieras agrónomas, transmisoras de la memoria, apaciguadoras de la tristeza. El resultado es visible. Los campamentos de refugiados más organizados del mundo.
*Foto Fetuche, bisabuela de Gavilia.

Todas y cada de estas mujeres jamás saldrán en los medios de comunicación, ni serán retratadas en alguna enciclopedia universal. Anónimas, grandiosas, que permanece inalterable su resistencia, su capacidad de acoger al extranjero. Tolerantes a pesar de todo, que han creído en la educación como pilar básico de la sociedad y siguen luchando en silencio desde este infinito horizonte que ojalá un día no muy lejano puedan ver el mar que les fue arrebatado.


El marido de Fetuche, Abah Uld Labid, fue un gran poeta. –"Vive en nuestro corazón"- nos comenta el hermano de Gavilia, Sidi, que con orgullo dice que aún guarda su arma. Efectivamente, escribió varios libros, y está enterrado en el cementerio de mártires.

Nos emocionamos al escuchar estas pequeñas y grandes historias personales. Como también la dignidad que aflora de los ojos de las tres generaciones de mujeres.
Fetuche, apenas puede ver, tiene cataratas, pero extiende sus manos, sonriendo, cálida, dándonos besos mientras repite una y otra vez:
- "Hermanos, todos somos hermanos. Guapos, guapos…."

lunes, mayo 19, 2008

"La muerte era mejor que haber sido violada"

Hoy el fantástico dibujante Eneko nos habla con su viñeta de la tortura.
No voy a dejar pasar la situación que han vivido y que siguen padeciendo muchos saharauis del Sáhara ocupado, una constante e injusta violación de los derechos humanos mediante torturas y otras vejaciones.

Marruecos es una monarquía absoluta que ha demostrado muy poco respeto a los derechos humanos.
Bajo el reino de Hassan II, cientos de personas fueron "desaparecidas", detenidas por razones políticas o exiliadas. Su sucesor ha liberado a algunos presos políticos, pero muchos continúan en la cárcel. La tortura es utilizada frecuentemente. El gobierno ha reconocido que algunos de los desaparecidos están muertos, pero el destino de muchos otros permanece desconocido. Desde los años '70, Marruecos ha ocupado el Sahara Occidental, donde ha reprimido a la población civil. Cientos de Saharauis figuran entre los "desaparecidos".
Dejo aquí parte del desgarrador testimonio de Fatma Ayach activista de Derechos Humanos y ex desaparecida, miembro del Colectivo Saharaui de Defensores de los Derechos Humanos (CODESA).
Un escritor árabe dijo: ‘Una vez fuera de la cárcel, preparase para convivir dentro de la sociedad, conservar tus principios, tu fe y la lucha por tu causa es más difícil que estar en la misma cárcel'.

Mi nombre es Fatma M´barek Mohamed Ayach y nací el año 1968, en El Aaiun, Sahara Occidental. Soy madre de dos niños: Lala Charafi (19) Abdelaziz Elbachrawi (7).
Pertenezco a una familia saharaui que todos sus miembros, al igual que yo, sufrieron durante un largo periodo las flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas por los torturadores y las diferentes fuerzas de seguridad marroquíes.

Fui víctima de secuestro, desaparición forzosa y torturas sistemáticas, al igual que cientos de ciudadanos saharauis, por el sólo hecho de participar en manifestaciones pacíficas en la ciudad de El Aaiun, en el Sahara Occidental. Las manifestaciones tenían como propósito pedir la autodeterminación para el pueblo saharaui en vísperas de la llegada de una Misión Técnica de Naciones Unidas de visita a los territorios ocupados del Sahara Occidental. El 20 de Noviembre, de 1987, a la 01:00 AM de la mañana aproximadamente, mi casa, que se ubica en la calle ‘Al-hizam' en El Aaiun, Sahara occidental, fue forzada por más de siete agentes de la policía marroquí vestidos de civil.

Destruyeron brutalmente todo lo que había, violentaron el sueño de mi familia, especialmente mi madre Salka Abdellfatah Luali de 50 años de edad. Esta intervención provocó una situación de horror en todos los miembros de mi familia. Fui arrastrada desde mi cama con insultos y golpes indiscriminados. Nadie se imagina lo que es cambiarse de la paz de la cama a aquellos ruidos fastidiosos. No sabía lo que pasaba... de repente estaba bajo las botas de los torturadores, encerrada en un coche, marca Land Rover.
Pasaron un largo rato dando vueltas por las calles y avenidas de la ciudad, aplicándonos todo tipo de golpes, insultos verbales y abusos. Cuando el coche paró, pensé que el sufrimiento también cesaría, sin embargo nada. Un nuevo capítulo, peor y más brutal de torturas acaba de empezar... era el inicio de los interrogatorios.

Fue la bienvenida de los verdugos que no tenían piedad, sedientos de sadismo y que no reparaban en elegir las más humillantes palabras, insultos y golpes en todas partes del cuerpo, que tenían como objetivo ultrajar nuestra dignidad humana.
Pensé que el tiempo se había detenido por más de treinta horas. No era consciente más que de los sucesivos manotazos en mi cara o del agua sucia que se vertía sobre mi cabeza y mi cuerpo. Esa fue la única hospitalidad que tuvimos.
Mientras recuperaba mi conciencia, sólo oía gritos y quejidos que más tarde supe que eran los de mi familia y compatriotas, que estaban siendo torturados. La única preocupación de los verdugos era arrancarme confesiones sobre el objetivo de nuestras manifestaciones. Tenía las manos esposadas a la espalda, los ojos vendados y sentía dolores en todo el cuerpo. Pero lo peor, eran las amenazas constantes de violación que recibía. Todo podía soportarse, menos la violación! La muerte era mejor que ser violada !!! Sigue leyendo....


Más:
«En el Sahara ocupado siguen los encarcelamientos, las torturas y la represión. Mi pueblo no va a aguantar mucho más la respuesta agresiva de Marruecos» Entrevista de Aminetu Haidar.
Marruecos y el Sáhara Occidental:

*Foto pancarta de la pasada manifestación del 10 noviembre de 2007.

sábado, mayo 17, 2008

El bote de lentejas.

Tfarrat y Meimuna nos vinieron a recoger esa misma tarde.
Por fin íbamos a distribuir el material escolar en dos escuelas en coordinación con estas fantásticas mujeres saharauis. El primer colegio se llama España, y el segundo, escuela 10.
Tirar un trolley en pleno desierto tiene sus dificultades. Las ruedas se quedaban aprisionadas en la arena y con los kilos que llevábamos teníamos que coger las maletas en volandas.
Y entre carreteras invisibles, llegamos al primero. Un edificio amplio, con un enorme patio. Muchos niños estaban ensayando el desfile para el día siguiente, y entre risas, sujetaban una pancarta donde claramente se leía PAZ.
*Foto niños del colegio España, portando la pancarta para el desfile.
El director nos recibió y nos condujeron a su despacho. Fue allí donde descargamos la mitad del material para este colegio: Ceras, compás, sacapuntas, tijeras escolares, cuadernos, plastelina, tizas, papel pinocho, paquetes de lápices y bolígrafos…una gran variedad para que los niños pudiesen además disfrutar de las manualidades.
*Foto, parte del material descargado de Lápices para la PAZ Sáhara.

Después nos enseñaron las clases y algunos niños nos recibieron con una sonrisa…

La inocencia de un niño..., es indiferente de dónde proceda y en qué país se encuentre en estos momentos. Un niño es igual en cualquier parte del mundo. Arrancar una sonrisa cuesta nada, y allí, con simplemente corresponder, nos parecía más que suficiente.


Recordé las sabias palabras de Albert Einstein: "La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices".
Que actos, palabras, proyectos sugieren llegar a toda costa hacia el desarrollo de la tecnología, los avances médicos, el cese de las limitaciones de las fronteras de la comunicación….y ¿qué esfuerzos se hacen para paliar la tristeza de niños que desde su nacimiento, sufren la injusticia de la política de los poderosos?.
Y aquí mismo, a pesar de la situación de exilio permanente, están ellos, con sed de aprendizaje, sonriendo y siendo felices a pesar de todo. A pesar de que el suelo de la escuela no es uniforme y alguna mesa esté coja..,de que la pintura de las paredes se caiga por la tremenda erosión de este lugar..., ellos siguen pintando con sus ceras maravillosas, la palabra libertad.

En un rincón del aula veo un bote.
Es una lata de leche en polvo. Y de él salen unos bonitos brotes verdes. Pregunto qué es y los niños entusiasmados me dicen: - ¡¡Son lentejas, son lentejas!!.
El profesor sonríe: - “Es una forma de que ellos sepan que el mundo no es sólo desierto y un lugar donde apenas existen las plantas. Día a día todos los niños vigilan los brotes para que nunca les falte el agua. Siempre hay que tener presente la esperanza...

jueves, mayo 15, 2008

Caribeños del Sáhara.

Las limitadas oportunidades educativas disponibles en Tinduf y en todos los campamentos saharauis, muchos niños y niñas refugiados se benefician de unas becas de estudios y gracias a ellas pueden alcanzar un formación universitaria.
Cuba ha sido uno de los países que han ofrecido tales becas.

Como comprobamos, muchos refugiados tienen una formación excelente, pero con pocas salidas laborales en el desierto. Creándoles una tremenda frustración después de tantos años en un país extranjero. Aún así, muchos jóvenes siguen viajando a Cuba, a formarse muy lejos de sus hogares, sus costumbres, su idioma, su familia.

Son largos años de estudios, quizás para que en un futuro puedan ejercer en la tierra que les fue usurpada.
Iratxe Pérez (Navarra 1982) ha realizado su primer documental: Caribeños del Sáhara como directora y surge a partir del cortometraje Caribeños del desierto codirigido junto con Ricardo Galdeano.

En él narra lo que supone esa separación familiar de cara a una educación especializada, indispensable para el desarrollo de un pueblo, ojalá libre en el día de mañana.

lunes, mayo 12, 2008

La fuerza de la mujer saharaui.

No es por solidaridad de género. Es una evidencia, una realidad: la mejora de los derechos de la mujer reduce la pobreza y acelera el desarrollo económico. Cientos de estudios, informes del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, el Banco Mundial y las Naciones Unidas lo avalan.
La mujer es el motor del cambio para la erradicación para superar la pobreza en la mayoría de los países. Pero la discriminación, falta de recursos, de apoyos, y la desigualdad hace que ese cambio sea lento, invisibilizado, hasta casi normalizado.

Ya os hablé de Maima Mahamud. Ella fundó en 1999 la Escuela de Mujeres de Dajla. Un proyecto piloto que sería replicado en los demás campamentos saharauis. El objetivo principal de esta escuela era ofrecer una oportunidad de prolongar los estudios de las mujeres saharauis que no tienen posibilidad de acceder a becas de estudio en el extranjero.
En el centro se imparten las siguientes especialidades: informática, costura, audiovisuales, español, ingles, tricotage, confección de alfombras y de placas solares.
Hoy íbamos a visitar la increíble escuela y aunque Maima no se encuentra en los campamentos por motivos de salud, habíamos quedado con su directora, Meimuna Bubecrin y Tfarrah Seyidi, profesora de informática y serian ellas las que nos coordinarían la distribución de Lápices para la paz en las escuelas del campamento.

Nada más entrar al centro, se respira un torbellino de actividad y organización. Algunos voluntarios estaban preparando un taller organizado por el Festival de cine y Gavilia, nuestra querida guía de la familia nos lleva directamente a ver a Meimuna. Ella, sonriente nos comenta:
- “La directora es familiar mía.”

Mientras recorro sus pasillos recuerdo las palabras de Maima: gracias a la creación de la Escuela de Formación Profesional de mujeres de Dajla las mujeres saharauis, desde entonces, pueden adquirir formación en diferentes especialidades sin necesidad de abandonar su entorno ni forzar el traslado de los familiares que están bajo su cuidado.
El logro se traduce en hechos: en los años anteriores se han graduado alrededor de 679 mujeres de las cuales trabajan:
35 mujeres en el taller de costura y confección de alfombras, empleo creado por cruz roja española. 9 en la huerta de la wilaya empleo creado por Extremadura.
7 en la peluquería, empleo creado por Sevilla y AFAD. 7 en el taller de placa solar, empleo creado por Vitoria. 19 en la escuela de mujeres, empleo creado por UNHCR.
4 en la radio y televisión de la wilaya, creado por la wilaya de Dajla. 11 en el ámbito de fotografía y video, empleos creados por las asociaciones XUT y PANPOTX de Bilbao. 2 empleos en una pastelería creados por amigos del Sahara en Madrid. 5 empleos en la pizzería de Dajla. Creado por asociaciones XUT y PANPOTX de Bilbao.
3 empleos en el ciber de la escuela de mujeres, empleo creado por amigos del Sahara en Madrid, amigos de canarias y asociaciones XUT y PANPOTX de Bilbao. 6 microcréditos para la creación de pequeños comercios de abastecimiento de comestibles.
*Foto trabajadora de alfombras.

Además de estas cifras excepcionales, lo verdaderamente importante es que la mujer ha vuelto a tener confianza en sí misma y ha adquirido una fuerza imparable con un gran peso en la sociedad saharaui.
Meimuna y Tfarrah nos reciben calurosamente. Meimuna es callada y tranquila con una mirada tierna e inteligente, nos da la bienvenida y nos van enseñando las distintas aulas. Tfarrah es una mujer con gran fortaleza, de fuerte personalidad y segura de sí misma.

*Foto de izquierda a derecha, Tfarrah y Meimuna.
Nos quedamos en una gran sala y nos hablan del funcionamiento de la escuela, de cómo se organiza el alumnado de forma democrática: cada daira se elige a una alumna cada vez y en edades comprendidas entre 15 y 25 años con unos estudios determinados.
La escuela funciona con cuatro placas solares y genera electricidad para las aulas del ciber, entre muchas. Y sobretodo, nos enfatiza Tfarrah, la esencia misma de esta escuela es la independencia económica de la mujer saharaui.
Es una ardua tarea, especialmente en el desierto, donde no hay trabajo y la frustración se cierne en aquellos que parten a Cuba para formarse. Tfarrah está graduada en Ingeniería Química. Una profesión dice, que aquí apenas le sirve para nada.
Pero ella no se resignó ante las adversidades y sigue luchando, en el presente, como dice, porque el presente es lo que cuenta.
Ambas hablan del cansancio que les supone el olvido Internacional. Asumen con dignidad una larga espera por la autodeterminación de su pueblo. Y día a día trabajan para que todas estas mujeres, tengan, aunque no hablen de ello, un futuro.

Admiro a estas mujeres profundamente. Es una admiración que apenas puedo expresar con palabras. Algo similar me sucede con nuestras amigas palestinas cuando, día a día, nos enseñaban con orgullo la amplia red de colegios y guarderías distribuidas por todo el territorio ocupado.

Una fuerza inusitada, sale de ellas, de no se sabe de dónde, que crece ante la adversidad y la negatividad. Oponiéndose contra el mundo frente a una realidad impuesta. Y desde esa adversidad la gestión, el desarrollo, la autonomía, la educación, no son meras palabras, ni quimeras, se convierten en objetivos de superación. Son organizaciones de base, que actúan con el pueblo y para el pueblo.
*Foto alumnas de la escuela de mujeres de Dajla.
Sus miradas limpias, sus ganas de aprender, la certeza de continuar adelante, la fuerza de estas mujeres saharauis me deja sin respiración. Y sé que esa energía y resistencia continuará gestando grandes proyectos siendo el modelo a seguir no sólo para las mujeres sino también para sus compañeros, los hombres.

miércoles, mayo 07, 2008

Todos con el Sáhara.

Una pequeña interrupción de las crónicas de Lápices Sáhara para que todos y cada uno de nosotros nos unamos a este manifiesto.
Los participantes de la 5ª edición del festival del Sahara hemos estado en uno de los campamentos de refugiados saharauis donde se vive un drama humanitario.
La situación empeora año tras año. El proceso de paz está bloqueado y eso afecta especialmente a los más débiles. Mujeres, niños y ancianos. Hay 200.000 personas que fueron españolas abandonadas en el desierto desde hace 33 años.
Es urgente que la ciudadanía ayude a devolver la libertad a el pueblo saharaui. Por eso pedimos al gobierno de España que reconozca el status diplomático del frente polisario.
Hoy se pone en marcha una plataforma de recogida de firmas para conseguir que esto sea posible entre todos.
Firmado: Los miembros de la plataforma TODOS CON EL SAHARA

El objetivo de esta plataforma es lograr el máximo número de firmas de apoyo al manifiesto hasta el 15 de septiembre. El fin es hacer entrega de ellas al Presidente de Gobierno para que España lidere la búsqueda de una solución pacífica y justa a un conflicto que nos afecta directamente.

martes, mayo 06, 2008

"Nosotros nunca abandonamos a nuestros mayores".

Por la mañana suena el despertador, un gallo anuncia que el sol comienza a subir, lentamente. Desayunamos con la familia, todos juntos. Denbet mantiene la jaima reluciente y los niños no quieren ir a la escuela pues esta semana es especial porque estamos en su casa y quieren ir junto a nosotros siempre que sea posible.

Y hoy nos vamos a visitar la residencia de ancianos de Dajla. Un lugar sin duda, interesante de conocer. De cómo los mayores tienen un espacio para ellos en una de las sociedades donde la familia tiene un gran peso.

El edificio es amplio, limpio, ventilado, con numerosas estancias, donde permanecen actualmente 40 ancianos. Pero desde un primer vistazo nos damos cuenta que no es una residencia de mayores al uso español como lo podemos interpretar desde occidente.

No es un geriátrico común, es más bien un lugar de retiro, descanso, pues los mayores permanecen aproximadamente no más de cuarenta días en el centro.
En ese tiempo, son atendidos por un médico que los cuida una vez por semana, una enfermera, varios auxiliares y un fisioterapeuta. También disponen de dos personas que cocinan para ellos: carne de cabra, cebada tostada y molida, carne de camello e incluso algunos residentes cuidan de ellos criándolos en un lugar anexo al edificio y ordeñan a las camellas proporcionando leche todos los días del mes.
Visitamos cada habitación y en una de ellas, algo más grande, observamos que es un sitio lúdico donde hombres y mujeres conversan sobre historias pasadas y de días felices cuando estaban en su tierra antes del largo exilio.
Los ancianos rondan entre los 65 y los 85 años y no se les ve tristes, ni olvidados, ni miran hacia el infinito. Con cada visita nuestra, nos saludan extendiendo la mano junto con una sonrisa, nos dan la bienvenida.
*Foto, criadero de camellos gestionados por el centro de ancianos de Dajla.

Hablamos con el director del centro, un señor activo y comunicativo. Nos dice que los ancianos siempre están acompañados por sus familias, es un sitio abierto, un lugar de acogimiento y refugio donde pasan una especie de vacaciones, relacionándose con personas de su misma edad compartiendo experiencias vividas. Lo peor, comenta, son las altas temperaturas que se alcanza en el desierto en verano, unos 50 grados y sólo disponen de un par de ventiladores para paliar el calor.

Y lo mejor, es que si algún residente se queda sin familia que pueda cuidarle, hay otra que se encargará de su manutención.

- “Aquí nunca abandonamos a nuestros mayores…la sabiduría, la experiencia que tienen ellos se tiene que transmitir a las nuevas generaciones para que nunca se pierda…”

Siempre me ha llamado la atención cuando se habla de los “países en vías de desarrollo….”
Cuando, realmente, todos los países estamos en vías de desarrollo, desde esta sociedad occidental, tenemos que evolucionar una vía encaminada al crecimiento humanitario que a veces no se sabe muy bien dónde se encuentra, olvidando a los ancianos en ciudades, esas jaulas infames, desprovista de bondad y repleta de barreras estandarizadas.
Ciudades de hormigón sin sentimientos donde nadie le importa a nadie. Confinando a personas mayores a permanecer solas, obviando sus enriquecedoras experiencias valiosísimas para la sociedad, la cultura, el avance de un pueblo y la transmisión de la memoria histórica.
Y no sólo el concepto de familia desaparece a pasos agigantados, sino la consideración, el respeto a los mayores en los autobuses, en los parques, en los mercados, en los pasos de peatones.

Y viendo la situación en este desierto, donde no hay nada más que arena, creo que el pueblo saharaui sí que nos dan una lección de “vía de desarrollo” que muchos deberían tomar ejemplo.

sábado, mayo 03, 2008

El Perro Mongol o cómo no parpadear en 90 minutos.

La gente acudía puntualmente a la cita. Niños, niñas, adolescentes, mujeres, hombres... se acomodaban en una alfombra que extendida sobre la arena era las butacas de un cine en pleno desierto, bajo la inmensidad de las estrellas.
Comenzaba El Perro Mongol, una película repleta de paisajes verdes, instantáneas de valles interminables de la vasta estepa mongolesa. El Perro Mongol se adentra en la vida de una familia nómada que vive en un lugar aislado de Mongolia para pasar el verano.
Dicen de esta película que es un motivo de reflexión para nuestra sociedad de la construcción sin respeto alguno por paisajes y cultura debido a la creciente urbanización y desaparición de nuestros campos.
Una cinta admirable por su lectura, como admirable su elección para el V Festival del Fisahara.
En la pantalla vimos deambular a los yaks, cabras, ovejas, y un centro: la yurta, el hogar temporal de la familia nómada.
El caso es que de repente, esos paisajes verdes, de una naturaleza en estado puro, vital, se instalaron en pleno desierto
.
Niños y niñas saharauis miraban boquiabiertos, contemplando el verdor de la hierba, flores, ríos, montañas, nubes que anuncian tormentas...,me pareció que la brisa de esas montañas acariciaban sus pequeños rostros.

Algunos de estos niños nunca habían visto el hechizo del cine, como tampoco contemplado el infinito color esmeralda de las tierras fértiles de ese pequeño mundo natural en estado puro.
La cruel y dura condena del pueblo saharaui en un desierto que va quemando poco a poco la templanza era por unos 90 minutos un buen motivo para desaparecer entre las montañas de la película. Y todo esto gracias al cine, gracias al Fisahara que llevó sueños a esta parte olvidada del planeta.

Cada escena, cada momento crítico era secundada por suspiros de alivio o pequeños gritos de alerta. Por un momento recordé algunas entrañables escenas de Cinema Paradiso, del director Giuseppe Tornatore, donde los chavales acudían en masa al teatro del pueblo para contemplar esa magia de fotogramas y evadirse por unos minutos. Con sus rostros paralizados a cada escena, la luz proyectándose en sus retinas, abrazados por las sombras de las imágenes. Una película que era simplemente y llanamente una clara declaración de amor hacia el cine.

Y allí en el desierto, la realidad superaba la ficción una vez más. Kofi, el pequeño de nuestra familia saharaui, llegó tarde y se sentó rápidamente junto a nosotros. Apenas parpadeaba. Sencillamente maravilloso.

Vídeo: Trailer del Perro Mongol.