lunes, marzo 29, 2010

Lápices llega a Beirut.


*Niña palestina refugiada, alumna escuela Ramalla, Beirut.
Lápices para la Paz ha llegado por fin a Beirut y enseguida nos hemos puesto a trabajar para los niños y niñas refugiados palestinos que viven hacinados en el campamento de refugiados de Shatila. La Asociación Najdeh nos está coordinando estupendamente para que los casi 530 alumnos tengan su material escolar además de proporcionar juegos educativos para la pequeña guardería que dispone el Campamento.

Hemos tenido mucha suerte con disponer con esta Asociación tan serie e implicada con la causa palestina. Tiene programas de actuación en violencia doméstica, proyectos de microcréditos y diversos programas que van desde la coordinación con varias ONGs hasta fomento de empleo para mujeres palestinas. El centro de esta Asociación se respira actividad en cada habitación, que por cierto, está lleno de mujeres dedicadas a las diferentes actividades y sólo hay un voluntario, Sergio, que ha venido desde Suiza para hacer su doctorado de la sociedad palestina y que habla bastante bien el español.

Desde un principio han estado con nosotros en todo momento e informado de la tremenda situación que vive el campamento Shatila, que es realmente una zona de chabolas. Dicen que es la más miserable de los 59 campos de refugiados palestinos que hay repartidos por el mundo incluído los 8 de Gaza. El campo es una sociedad-isla de pobreza y miseria. Existe en el ambiente una considerable exclusión y discriminación por parte de la sociedad libanesa. Hay un 40% de desempleo, importante subida de violencia doméstica y una alta tasa de abandono escolar.

Además según nos cuentan, muchos jóvenes se sienten frustrados porque quieren matricularse cuando terminan sus estudios básicos, pero para la mayoría de los palestinos no tienen dinero para matrículas ni plazas para ellos en las universidades libanesas.

Ante este panorama, Wafa, nuestra guía palestina, refugiada en Beirut desde casi 20 años, nos está acompañando en todas las gestiones como el cambio de euros conseguidos para Lápices a moneda local y esta misma mañana nos ha llevado a Shatila. En el transcurso del viaje, que apenas son quince minutos en coche desde la Asociación, Wafa me cuenta, con voz baja, que lo que más le gustaría en este mundo es regresar a su tierra, pero que Israel lo tiene prohibido. No sólo baja su voz, sino también la mirada y por un momento también su tristeza ha sido la mía.
Nada más llegar a Shatila, el contraste de la ciudad que emerge de sus cenizas, como es Beirut y esta barriada es un tanto impresionante. Es más que una barriada de chabolas, es un insulto para toda la humanidad. Los Derechos Humanos están en papel, no están entre las serpenteantes calles de Shatila. Sus habitantes luchan por sobrevivir dentro de la injusticia del olvido y de toda exclusión de derechos civiles que les son vetados por la demás sociedad libanesa. ¿Qué delito ha cometido esta gente? Y es sólo la de huir para salvar su vida y dignidad. Huir de la muerte y opresión que permanentemente se ha instalado en su tierra, Palestina.
Hoy hemos contemplado no sólo la injusticia sino también la esperanza. Y esa esperanza está en las cientos de sonrisas de niños y niñas ajenos a la dura realidad de este gueto. La guardería Najedh es un pequeño respiro de alegría y luz que nace entre los callejones de Shatila.

Es una guardería mixta que tienen pequeños de entre 0 a 5 años. Les enseñan inglés árabe y en una pequeña aula pudimos comprobar cómo además les enseñaban música con diversos instrumentos. Muchos jugaban en la azotea, otros con juegos de guerra y otros nos enseñaban el signo de la victoria. Cuando nos dirigimos al colegio Ramala, el panorama es desolador porque se pueden contemplar diversos edificios calcinados, ametrallados, los impactos de bala se cuentan por decenas. Visitamos las 16 aulas con niños y niñas de entre 6 a 12 años. *Foto, pequeños palestinos nos enseñan el símbolo de la victoria, guardería de Shatila.
Pudimos comprobar la importante falta de papel, cuadernos y en general cualquier producto básico escolar. Pero no les faltaban entusiasmo por sus sueños de progreso: muchos querían ser médicos, abogadas, enfermeras, un niño futbolista, ingenieros, maestras, siempre ejerciendo y trabajando para el propio campamento de refugiados y poder ayudar a sus familias. Los problemas no les son ajenos, son conscientes de la situación política y de las condiciones de salubridad y la poca habitabilidad de las casas que están construidas: no tienen territorio para poder expandirse, los residentes del campo se ven forzados a construir en vertical con bloques de hormigón, aunque esto es también ilegal.
Me pregunto qué sentirán al ver el importante auge inmobiliario de la ciudad de Beirut, una supuesta riqueza por el centro de la ciudad con tiendas de renombre como Rolex, Louis Vuitton, Guci, Kenzo, Swarovski….como también me pregunto qué sentirá los educadores y educadoras de la escuela Ramalla cuando les pregunten los alumnos si tienen futuro, si pueden acceder a estudios superiores, si esa niña que quería ser abogada podría tener esperanzas de conseguirlo y tenga que proporcionarles una respuesta.
Una sensación de impotencia se apodera de todos los que trabajamos con Lápices, pero esto no ha restado fuerzas para encargar todo el material escolar que hemos pedido para mañana mismo y que transportaremos hacia la escuela. Esta tienda situada dentro del Campamento es de dueños palestinos, por lo tanto, todo el dinero que se gastará también repercutirá en la pequeña economía del campo, y esto es sumamente importante para ellos.
Al irnos, pude contemplar la mirada de esa niña que estudiaba matemáticas con sumo interés. No puedo evitar pensar que ante esta tremenda injusticia de exclusión y la falta de futuro que le acompaña, si se es consciente la terrible pérdida humanitaria que se vive cada día por coartar las oportunidades de estos niños y niñas, inteligentes, dedicados en sus estudios, entusiasmados por tener una profesión y que serían grandes personajes que quizás podrían cambiar el mundo.

5 comentarios:

Alicia Mora dijo...

Queridos seguidores de Lápices, queda subir las fotos que debido a la lenta conexión es imposible. Más tarde lo intentaremos.

Anónimo dijo...

holaaaa..chicos y chicas..mamuu,soy irene lA ija de marga,me a encantado el comentario,,os mando muchos abrazos y fuerzas.un beso. gracias por la informacion.

Anónimo dijo...

Hola Ali

La verdad que el panorama que describes del campo de refugiados es para que se te caiga el alma a los pies. No obstante deseo a Lápices que siga hacia adelante y que podáis ser en lo posible la voz de los que no pueden o no les dejan alzar sus voces.
Juanma.

Obsevador dijo...

que bien que estais alli para traernos un poco del libano y de los campamentos de Palestinos,que entregeis muchos lapices y feicidad.
Besos

Anónimo dijo...

Querida Alicia Mora
Te dejo mi saludo y admiración por tu hermoso Blogger dedicado a los niños que sufren la violencia
Esto creando mi propio Blogger Llamado Peace Connection. La idea de reunir el máximo de redes o Blogger dedicados a la paz. He hecho un link desde mi Blogger al tuyo en la siguiente dirección
http://reddeescritoresdecoquimboporlapaz.blogspot.com/
También quisiera invitarte a mi Blogger que comparto con varios poetas y escritores, recién inaugurado
http://redescritorescoquimbo.blogspot.com/2010_01_01_archive.html
Bienvenida a mi lista de personas que son para el mundo vigías de la paz
Un saludo fraterno de amor y paz
Patricia Araya