domingo, abril 04, 2010

Colores por las calles de Shatila.

*Foto de Lápices para la Paz, niña refugiada palestina en la escuela Ramalla, campo de refugiados Shatila, Beirut.

Siempre he tenido la certeza de que una injusticia hecha hacia sólo una persona es una amenaza para toda la sociedad, entonces una puerta se abre y se permite la entrada a todas las que le siguen.
De nuevo en el campo de Shatila contemplar la situación en la que viven todas estas personas es una verdadera exhibición de lo que no se debería permitir por múltiples razones, entre las que destaco la principal: Derechos Humanos. Los diversos gobiernos de Líbano han seguido con su política de segregación hacia todos los palestinos privándolos de derechos sociales y civiles.
Nos dicen que las razones por las que Líbano deniega sistemáticamente los derechos a los refugiados, a diferencia de los países como Siria y Jordania, tienen que ver con el entramado de sociedades, religiones que componen la sociedad libanesa: los musulmanes suníes por ejemplo que predominan por un pequeño margen sobre los cristianos. Si se nacionalizan a los palestinos prácticamente el 12% del total de la población libanesa, supondría desnivelar la balanza en detrimento del sector cristiano.
Y así va pasando año tras año con un total sentimiento de frustración para toda la población refugiada palestina. Campamentos de refugiados distribuidos por toda la geografía libanesa, creciendo, sufriendo, sin expectativas, sin futuro, sin esperanza.
Caminar por una de las calles de Shatila es padecer como ellos la sensación de impotencia. Angostos callejones donde los bloques de pisos, construidos por sus propios habitantes en ocasiones no dejan pasar la luz del sol. Las casas son pequeñas, sin ventilación donde se hacinan familias de hasta 15 miembros. Las callejuelas están sin asfaltar, cae agua insalubre por dudosos canalones, basura desperdigada en cualquier rincón, apenan disponen de electricidad y no tienen agua corriente.
Existen minúsculos comercios dentro del campamento, y tienen prohibido expresamente por la autoridad libanesa extender el comercio fuera de Shatila así cómo comprar una casa fuera del campamento porque no son libaneses. Hablamos de más de 12.000 palestinos, sólo en Shatila.

Llegamos a la tienda de Said y comenzamos a recoger el material para la guardería del campo que gestiona la Asociación Najdeh, que por cierto significa ayuda, y que tanto está aportando a millones de refugiados palestinos en Líbano.
Transportar los juegos de colores, carpetas infantiles, y demás material por entre los callejones de Shatila fue algo mágico para nosotros. *Foto, Óscar, amigo lapicero con un saco lleno de juegos educativos.
Muchos nos miraban por entre los balcones, las minúsculas ventanas, y todos nos saludaban con una sonrisa en sus rostros: comerciantes, señoras, ancianos…
Sorteábamos los ríos de agua que caían de las casas y llegamos a la guardería cargados de color. Los pequeños regresaban de la celebración del Día de la Tierra Palestina y abrieron los ojos de par en par al contemplar no sólo lo que les íbamos a dar sino también nuestro recibimiento, con narices de payaso que enseguida se pusieron para jugar y con cientos de globos.

Entonces, por un momento olvidé la injusticia, el olvido y la exclusión en que se ven expuestos todo este pueblo tan maravilloso como es el palestino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridos hermanos de Lápices para la Paz... se hace difícil retener las lágrimas al leer vuestros comentarios...
Seguimos atentamente el viaje y gracias, gracias en nombre de nuestros niños, en nombre de nuestro pueblo, en nombre de La Estrella Palestina...
Abrazos fraternos!!!!!!!!!

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Esto si que es solidaridad con un pueblo tan noble y tan torturado como el palestino.
Viva Palestina y Lapices para la paz!!!

Observador dijo...

Se hace difícil imaginar como los campamentos se parecen tanto a una cárcel, pero esa es la imagen que transmiten las líneas de este post .Gracias a la labor de Lápices por aliviar el presente y despegar el futuro a l@s niñ@s de estos campamentos ,gentes con corazón es lo que necesita este mundo. Besos

Alicia Mora dijo...

Para Estrella Palestina: muchas gracias por todo. Abrazos Gustavo y Observador!