En #Gaza, los vientos gélidos y las lluvias golpean a las familias cuyos hogares permanecen en ruinas tras el conflicto del verano.
La familia de Mohammad perdio su casa este verano. Casi seis meses
después, siguen viviendo en un refugio de UNRWA. Lo único que Mohammad
espera es ver el final del #bloqueo y poder llevar una vida digna en paz y seguridad.
Fuente: UNRWA España
La familia de Mohammad del barrio de
Shejaiya en Gaza se vio obligada a huir de su casa a mediados de julio
después de que resultara gravemente dañada por los bombardeos. Casi seis
meses después, la familia sigue en un refugio de UNRWA, con la
esperanza de recibir ayuda para reconstruir su casa y refugiarse del
duro invierno. Mohammad dice que lo único que espera es ver el final del
bloqueo y poder llevar una vida digna en paz y seguridad.
Mientras tanto, en Siria, los refugiados
palestinos desplazados internos por el conflicto y refugiados en
centros colectivos están luchando para mantenerse calientes a pesar de
la nieve. "La nieve trae alegría para los niños, pero a la luz de la
situación imperante, ha sido un golpe catastrófico", dice Ahmad de
71-años que se refugia en la escuela refugio de UNRWA al-Kabri en el
campamento de Jaramana.
Muchos de los centros colectivos son
escuelas de UNRWA convertidos y aunque algunos refugiados se encuentran
en el interior de los edificios escolares, la falta de espacio ha hecho
que otros tengan que vivir en tiendas de campaña en los patios de los
colegios. Khalil, de 36 años, y su familia se encuentran entre los que
viven en tiendas de campaña. "Vivimos en la tienda sin calefacción con
un frío terrible", explica. "Ayer no pude dormir en toda la noche.
Estaba preocupado por mi tienda de campaña debido a los fuertes vientos.
Las condiciones invernales son una preocupación aquí. Mi hija de 10
días de edad murió de frío del año pasado".